Con cuatro programas transmitidos, y a tan solo tres de terminar, el Primer campeonato internacional de baile, solo provoca indignación y desagrado para los televidentes, quienes fieles, regalan 3 horas de vida cada domingo a producciones que dejan mucho que decir.
Es sumamente triste observar como el programa toma un rumbo que pareciera fue previamente planeado, en donde el dinero y la cantidad de público provocan las primeras posiciones de ciertos países aún cuando no lo merecen.
El esfuerzo de las parejas, se debilita cada día al darse cuenta que aún con excelentes bailes, ciertos jueces aplican notas no por criterio sino por contrariedad con el país al que califican, por otro lado la producción utiliza un sistema de conteo de votos nada viable y seguro que nos dejan más de una duda, y sin duda un mal sabor de boca.
Si las parejas participantes expresan este favoritismo, muchas veces negado por la producción , es porque en realidad sucede, quienes conocen más que ellos de la funcionalidad y justicia expresada en el programa ,no necesariamente al aire, me refiero a las decisiones tras bastidores y durante la semana previa de ensayo.
Sin embargo, no hay nada que podamos hacer , con enojo no logramos nada, simplemente continuemos expresando nuestras opiniones por estos medios, y mantengamos la esperanza de observar un cambio, y si no es así apoyemos a nuestros países y disfrutemos de su esfuerzo y gran espectáculo.